¿Quiénes somos?

Surgimos como un grupo de jóvenes investigadores en formación, que nos planteamos una serie de objetivos tendientes a mejorar la etapa de formación académica durante la realización del doctorado. Los mismos apuntan, en líneas generales, a:
- Incrementar la calidad de formación de los doctorandos para una adecuada formación y preservación humana e intelectual.
- Mejorar las condiciones de trabajo (en términos de la relación con su ambiente laboral) de los estudiantes de postgrado.
- Promover la difusión científica a todos los ámbitos de la sociedad.


23 de mayo de 2011

Formación académica ¿por qué no cuestionar?

"Desde A.J.I.F. queremos defender la calidad y excelencia en los ámbitos académico y científico de la etapa de formación del joven investigador, para su correcta formación y preservación humana e intelectual. Entre otras cosas buscamos llevar a cabo acciones que tiendan a mejorar la formación y la relación director-joven investigador, como proponer en el ámbito institucional sistemas de evaluación de la calidad de formación de recursos humanos."

La etapa de realización del Doctorado es un periodo clave para adquirir una adecuada formación académica, así como para construir y fortalecer un modelo de valores científicos y morales de compromiso con la vocación, la ciencia, la generación de conocimiento y el crecimiento científico del país. Necesariamente tiene que primar en calidad.

Es en esta etapa de formación de postgrado donde el director de doctorado cumple un papel fundamental. Así como el doctorando es responsable de comprometerse con su formación y llevar adelante el trabajo de investigación de doctorado, el director es la persona responsable de formar y orientar profesionalmente al joven investigador en formación. Dirigir, en la acepción del término que debe considerarse en este contexto, es “guiar, mostrando las señales de un camino; orientar, aconsejar a quien realiza un trabajo”, en este caso el trabajo de tesis.

El formarse en el camino de la investigación científica se inicia durante el estudio de grado, pero se concreta y consolida durante la formación de postgrado, donde los conocimientos, herramientas y el trabajo profesional se ponen en práctica. El guiar en este camino debería superar el interés de orientar sólo para terminar un trabajo de tesis (parámetro que se evalúa como antecedente para el director). El director debería asegurarse, además de la formación académica propiamente dicha, que su dirigido, al recorrer el camino de formación, aprenda a investigar de forma independiente, creativa, sana, eficiente y reconociendo valores morales, científicos, éticos y humanos de compromiso con su quehacer cotidiano de generar conocimiento. A su vez, la libertad de pensamiento y la preservación humana e intelectual son factores que deben ser considerados en toda dirección. La formación debe ser completa y de calidad, abarcando los aspectos necesarios para desarrollarse como un investigador comprometido con su rol en la sociedad. Es el camino recorrido en esta etapa, no sólo la concreción del trabajo de tesis, lo que nos forma como investigadores.

En este camino, la calidad académica del conocimiento generado, la generación de ideas, la libertad de pensamiento, el modo de investigar y la interacción con pares, son formas que se aprenden y/o se estimulan si las condiciones de formación y ambiente académico y humano lo promueven. No es lo mismo desarrollarse en un ambiente donde la calidad científica, las ideas y los pensamientos generados se valoren, a formarse en un ambiente donde no se consideren estos principios científicos. Tampoco es lo mismo formarse en un ambiente aislado, donde hasta la comunicación con el director puede llegar a ser limitada, a desarrollarse en un espacio de intercambio de conocimiento e interacción continua y variada, donde se promueva la participación conjunta con distintos colegas y grupos de trabajo. Entre otros aspectos que se ven favorecidos de índole científico, en relación con el oficio de enseñar (que se extiende al aprender), Litwin (2009) sostiene que argumentar, desarrollar opiniones o hipótesis y confrontarlas con otros favorece el desarrollo del pensamiento complejo y la capacidad analítica.

Otro aspecto a considerar es la colaboración entre los distintos grupos y áreas de estudio; algo que debería promoverse desde los comienzos de una tesis de grado o postgrado, ya que la investigación en conjunto muchas veces enriquece las ideas y trabajos científicos o abre nuevas puertas de abordaje a un mismo problema o planteo de trabajo. La resolución multidisciplinaria de un tema en particular, al mismo tiempo puede generar nuevas líneas de estudio aún no exploradas. Esta interacción, sobre todo la relacionada con grupos cercanos del mismo tema de estudio en el ambiente de trabajo, ciertas veces se ve afectada, ya sea por la competencia entre los grupos, que lleva a querer crecer más que el otro, en lugar de colaborar y crecer en forma conjunta, o por problemas que el director tiene con otros pares y que, conciente o inconscientemente, se transmiten de director a doctorando. Los ambientes que promueven la interacción son fundamentales para incentivar una forma de trabajo interdisciplinario, la discusión de trabajos científicos entre grupos de trabajo que se desarrollan en una misma unidad académica, o el intercambio científico en los distintos ámbitos laborales, que no sólo promueven la interacción sino que dan una visión clara sobre lo que se avanza en cada grupo de investigación relacionado.

Algunas formas de inclusión plena del doctorando en el trabajo de tesis, como la planificación del mismo, la responsabilidad de la proyección a futuro sobre el trabajo realizado, o la exploración de ideas para llevarlas a cabo, son formas de ir incorporando la responsabilidad por la investigación independiente y creativa. Este punto es fundamental para formar un investigador que pueda llevar adelante una línea de investigación propia, y no sólo que lleve adelante trabajos delegados o repita recetas científicas.

Por otro lado, augurar la preservación humana e intelectual de los doctorandos no implica ser cuidadores de todos sus actos, sino transmitir y preservar los valores humanos y éticos y saber mantenerlos y defenderlos en el grupo y ambiente de trabajo. La preservación humana e intelectual, muchas veces muy ligadas entre sí, es uno de los actos que más tendrían que ser cuidados, ya que frecuentemente de esos factores depende que un buen investigador y persona (bajo los parámetros que se tratan) permanezca dentro del sistema científico. Parte de los doctorandos que priorizan valores humanos se excluyen del sistema al encontrarse ya sea con una mala experiencia en estos términos durante su doctorado, o por no querer ser partícipes de la competencia insana o desproporcionada que en algunos casos se genera o se promueve. En relación con esto, la etapa de formación doctoral, al involucrar en principio a dos personas (director-doctorando) está abierta a posibles conflictos, que en su mayoría son salvables o evitables, y se relacionan tanto con inconvenientes que encuentra el director como también el dirigido (Eley, 2001). La existencia de conflictos, en ciertos casos graves, lleva a pensar de qué forma debería ser el seguimiento de una tesis de postgrado y de las partes implicadas para poder actuar ante posibles problemas. Ante esto, es el estadio que debería tener más protección, respaldo y apoyo académico, ya que una adecuada protección de los recursos humanos favorece no sólo la preservación humana e intelectual, sino que mejora la etapa de formación ante posibles conflictos.

Como se notó hasta aquí, el papel y la responsabilidad del director es clave para cuidar los aspectos tendientes a una adecuada formación. Como puntualiza Eley (2001), es claro que las demandas sobre el director pueden ser altas, y que la relación director-dirigido es fundamental para el proceso de supervisión. No obstante, también es importante la responsabilidad y comportamiento del doctorando, así como un adecuado seguimiento académico-institucional. Fargi-Brener (2007) argumenta que la realización de una tesis doctoral tendría que ser enriquecedora tanto para el director como para el doctorando, dependiendo del comportamiento de ambos para encontrar el equilibrio de una adecuada dirección.

Si se quiere una ciencia que crezca, se debe contar con jóvenes investigadores en formación que no sólo piensen sino que valoren principios fundamentales, así como con investigadores que sepan formar. Primar los valores humanos e intelectuales dentro de la ciencia no sólo enriquece a la comunidad científica y académica sino a la sociedad en sí. Aprender a formar y formarse íntegramente son dos aspectos fundamentales que deben ser considerados con seriedad y no deben dejarse de lado.

Así como se evalúa al doctorando, al momento de evaluar los antecedentes en dirección a los investigadores, sería interesante que se considere el camino de formación brindado y no únicamente la concreción del trabajo de tesis, para poder considerar de forma distinta, en cuanto a antecedentes de dirección, a aquellos directores que logran generar no sólo una tesis terminada sino también una persona formada.

Ciertos parámetros son difíciles de evaluar o caen en valoraciones personales, sin embargo otros pueden evaluarse, como la formación académica brindada durante el camino de formación (cursos recomendados, calidad de trabajos científicos, viajes realizados, porcentaje de gastos cubiertos que ayuda a la realización de cursos o asistencia a congresos, colaboraciones con otros grupos de investigación, finalización del doctorado, entre otros parámetros cuantificables), o los valores morales, éticos y la adecuada preservación humana e intelectual en el ambiente de trabajo, que son fundamentales tanto a los investigadores en formación como a la sociedad toda, y posibles de considerar en aquellos doctorandos que han recibido una formación adecuada, completa e integrada a los valores éticos y morales, por ejemplo mediante evaluaciones recíprocas de los parámetros de formación entre doctorando y director.

Hoy por hoy no todos los doctorandos reciben una buena formación o están insertos en un ambiente de trabajo que garantice estas características, fundamentales para una formación científica íntegra y comprometida.

La etapa de formación científica es fundamental para el resultado de la investigación y la ciencia que se quiere para nuestro país, ya que genera gran parte de los conocimientos y constituye la base humana y profesional para la ciencia del futuro.

El concepto de Delors (1996) resignificado en el documento final de metas educativas 2021 de la OEI (2010), y que puede aplicarse al conocimiento y la enseñanza científica, resume como debe ser la educación: “Para cumplir el conjunto de las misiones que le son propias, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay en ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.”

Andrea Elissamburu

Delors, J. 1996. La educación encierra un tesoro. Ediciones Unesco.

Eley, A. 2001. Research supervisor training: an irrelevant concept or the key to success?. Microbiology Today 28:58-59.

Farji-Brener, A.G. 2007. Ser o no ser director, esa es la cuestión: reflexiones sobre cómo (no) debería ser el desarrollo de una tesis doctoral. Ecología Austral 17:287-292.

Litwin, E. 2009. El oficio de enseñar. Condiciones y contextos. Paidós, Buenos Aires.

O.E.I. 2010. Documento final metas educativas 2021. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Madrid, España.

19 de mayo de 2011

Tenemos IBSN para nuestro Blog


El IBSN (Internet Blog Serial Number; en castellano, Número de Serie de Blogs de Internet) nace el 2 de febrero de 2006, como respuesta a la negativa de la administración para otorgar un número de ISSN a las bitácoras de Internet.

Un IBSN permite identificar un blog independientemente del soporte en el que se publique.

El número de IBSN de nuestro blog es: 619-005-20-11

Saludos

A.J.I.F.


1 de mayo de 2011

Feliz día del trabajador!


"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Esta vez es posible que se quiebre ese circulo."

RODOLFO WALSH.

Periodista, escritor y dramaturgo. Detenido/desaparecido el 25 de marzo de 1977

A todos los becarios del país queremos desearles un muy feliz día!

Acompañamos a JCP y ATE-CONICET en la lucha por el reconocimiento de los derechos de los becarios y personal de apoyo de CyT