¿Quiénes somos?

Surgimos como un grupo de jóvenes investigadores en formación, que nos planteamos una serie de objetivos tendientes a mejorar la etapa de formación académica durante la realización del doctorado. Los mismos apuntan, en líneas generales, a:
- Incrementar la calidad de formación de los doctorandos para una adecuada formación y preservación humana e intelectual.
- Mejorar las condiciones de trabajo (en términos de la relación con su ambiente laboral) de los estudiantes de postgrado.
- Promover la difusión científica a todos los ámbitos de la sociedad.


4 de diciembre de 2010

Censura científica

 La censura política o la eclesiástica ha tenido y tiene efectos sumamente nocivos, ya que inhiben y asustan, dando como resultado una sociedad (periodistas, escritores, docentes, etc) AUTOCENSURADA. Es decir, una sociedad que se cuida de escribir y decir lo que podría poner en peligro su libertad, su credibilidad y por supuesto sus ingresos. 

En la historia de la ciencia la búsqueda de la verdad ha molestado a ciertos sectores (políticos, eclesiásticos) y a la misma comunidad científica, la cual  ejerce una censura diferente a la eclesiástica o política. La censura científica es mayormente una ENDOCENSURA, pues la ejercen los propios científicos y es una especie de  control de calidad lleno de irregularidades. En este “control severo” las revistas científicas de nivel internacional publican menos de un décimo de los artículos que reciben, no porque estos sean malos, sino porque:

·        no son suficientemente originales

·        son extremadamente originales,

·        son considerados críticas a  teorías erróneamente definitivas

·        tienen competidores mejores.

           En este sistema de publicaciones un artículo a veces es aceptado porque halaga a uno de los revisores. Además, a menudo se rechazan buenos artículos de autores provenientes de ciertas universidades sin peso o renombre.

Un ejemplo claro de la endocensura científica es el trabajo realizado hace tres décadas por un grupo de psicólogos norteamericanos, estos sometieron a publicación unos cincuenta artículos científicos conocidos que habían sido publicados recientemente en revistas de primera línea. Sólo les cambiaron los títulos, los nombres de los autores y su afiliación institucional. El efecto fue desastroso: casi todos los artículos fueron rechazados (Bunge, 2006).

La endocensura científica explica, en parte, la dificultad de publicar que se observa sobretodo en el tercer mundo. Digo en parte porque además se debe sumar, por nombrar algunos ejemplos, la falta de recursos tecnológicos, el alto precio de los insumos y equipos (la mayoría son importados y  deben pagarse en dólares) y los extensos tiempos de entrega de estos materiales.

En la sufrida comunidad científica tercermundista, a la cual pertenece Argentina, se está afianzando cada día más entre los investigadores, la consigna “publica o perece”, consigna adquirida de los países desarrollados en donde los investigadores que no publican regularmente en revistas de circulación internacional no son considerados como tales. Lo que si es original es que en países del primer mundo, a diferencia de  la Argentina, gran parte del presupuesto del gobierno se dedica al desarrollo de investigaciones científicas y tecnológicas (Bunge, 2006). Creo que los políticos de los países desarrollados entendieron que para robustecer su economía debían reforzar su ciencia. Espero que el gobierno argentino comprenda pronto que hace falta saber mucho más para salir del atraso, porque un país ignorante no puede salir del subdesarrollo.

Otro tipo de endocensura es descripta por Kempner et al. en su artículo “Forbidden Knowledge” (conocimiento prohibido), donde describe que hay un crecimiento en el control social y político de la ciencia que condiciona la investigación científica y los editores de revistas científicas han debido desarrollar políticas para la publicación de manuscritos delicados (Couzin, 2002; 2003; Kempner et al., 2005). El conocimiento prohibido envuelve la idea de que hay cosas que no deberíamos saber porque:

·        sólo se puede obtener a través de medios inaceptables, como los  experimentos conducidos por los Nazis.

·        puede ser demasiado peligroso, como las armas de destrucción masiva.

·        puede ser prohibido por las autoridades seculares, morales o religiosas como el clonado de humanos.

·        etc.

Como joven investigador en formación observo que también se ejerce frecuentemente endocensura de maestros a estudiantes. Esta endocensura, es para mi la que más perjudica el futuro de la ciencia ya que creo, como investigador en formación, que somos el futuro de la ciencia y la base para el cambio.  Esta endocensura consiste, como menciona Popper, en su libro “El mito del marco común” (Popper, 1997), en que cada vez son más los estudiantes de doctorado a los que se forma únicamente como técnicos. También agrega que a menudo sólo se forma a los jóvenes científicos en técnicas de medición y ni siquiera se les dice qué problema fundamental se ha de resolver con las mediciones que está realizando para su tesis doctoral. Estoy de acuerdo con Popper de que esta situación es imperdonable e irresponsable, pues un profesor o un formador de futuros científicos debe, desde mi punto de vista:

·  Enseñar a utilizar correctamente el método científico.

·  Guiar al estudiante en la identificación de fuentes de información.

·  Enseñar a seleccionar los métodos de investigación más apropiados.

·  Enseñar a planear un proyecto de investigación factible en tiempo y forma.

·  Enseñar a evaluar fuentes de información utilizando un criterio apropiado.

.  Enseñar a entender conceptos básicos como plagio, información innovadora, etc.

·  Enseñar a citar y dar créditos propiamente a las fuentes de colaboración e ideas.

. Inculcar al estudiante los nuevos grandes problemas que surgen como consecuencia del desarrollo del conocimiento.

.  Etc.

Lo más grave de esta endocensura es que muchos profesores/investigadores no han aprendido a formar investigadores, por lo tanto no están capacitados, ni se capacitan para enseñar estos principios.

Desde mi punto de vista, los espacios de discusión de ética científica, discusiones filosóficas y valoración de la ciencia y el conocimiento produciría un avance en el desarrollo de la conciencia moral de los formadores y los  jóvenes científicos en formación. De esta manera se podría luchar por una libertad de información, sin censuras de ningún tipo, porque podríamos resistir a órdenes cuyo cumplimiento sentiríamos como un acto fuera de nuestra conciencia moral o hasta criminales.

Los distintos tipos de censura científica existentes (política, eclesiástica, endocensura, etc) deberían ir desapareciendo en la medida de que la sociedad entera entienda que el científico es capaz de trabajar en libertad porque todos los días ejercita su conciencia moral (Popper, 1999).

De esta manera podemos intentar responder la gran pregunta: ¿Hasta dónde un científico debe conocer? Creo que debe apelar a sus obligaciones morales y a su pensamiento crítico y repito que para esto es necesario que un científico esté en constante discusión en cuanto a la ética profesional.

Cuando pienso en las frases de Bacon: “saber es poder” y de Lord Acton “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, estoy claramente de acuerdo con que los científicos deben ser evaluados por científicos, los cuales deben estar preparados moralmente para esto, durante toda su carrera.

 

Bibliografía

Bunge, M. (2006). 100 ideas. ( Argentina).

Couzin, J. (2002). Biomedical ethics. Study of brain dead sparks debate. Science 295, 1210-1211.

Kempner, J., Perlis, C.S., and Merz, J.F. (2005). Ethics. Forbidden knowledge. Science 307, 854.

Popper, K. (1997). El mito del marco común. ( Barcelona: Ed. Paidós ).

Popper, K. ( 1999). El mundo de Parménides. (Barcelona: Ed. Paidós).

 

 

Lic. María Victoria Martin

9 comentarios:

  1. Hola María Victoria, muy interesante y celebrable que se abran discusiones de este tipo. Comparto mucho de lo que decís en tu post. El ejemplo que da Bunge en su libro sobre los 50 trabajos no publicados, no esta demasiado aclarado por él mismo (lo tuve que buscar, no lo recordaba) ni con citas si quiera. Estaría bueno conocer si esta publicado o se puede rastrear el caso. Tal vez para hablar de snobismos editoriales sea más ilustrativo el caso Sokal (Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity)que aunque no es un caso de censura sino lo contrario, muestra muy bien la otra cara de la moneda.

    Creo de todos modos que me preocupa más otra cosa, la falta de autocensura de muchos investigadores, que prestos a publicar, publican cualquier cosa, refritan a terceros, inventan o no revisan la data y terminan publicando cosas que no deberían publicarse. Muchas veces por mera patente de apellido conocido y respetado, como si el principio de autoridad bastara para hacerlo. Borges decía que lo más importante que puede hacer un escritor es decidir que cosas no deben ser publicadas. La acumulación desmedida de papers basura (PB) en todas las ramas del saber no solo es un circuito de sangrado para sistemas científicos como el nuestro, sino que además los PB aumentan el ruido en quienes si 'trabajan a conciencia' y deben administrar esfuerzos y energías en discusiones tangenciales.

    Nuestros sistema científico no ha encontrado el modo de poder evaluarnos sin caer en la cuenta de papers, índices, o la mera cuantificación de "escritos". No conozco casos donde se evalúe el contenido ni la trascendencia del mismo.

    Probablemente alguien como James Dewey Watson o Francis Crick, no habrían pasado una evaluación como las nuestras con sus escasas publicaciones, sobre todo con un paper de media carilla aunque sea en Nature!

    Saludos,

    Javier N. Gelfo

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  2. Es muy cierto y mas triste lo que dice Javier que hasta el momento no se ha encontrado otro sistema de evaluación de investigadores que no sea el número de papers. Creo que lo que no puede perder un investigador es el espíritu critico. Y mientras existan o generemos nosotros estos espacios de discusión y reflexión no se acabaran las esperanzas de cambiar cómo y qué publicamos, como evalúan a los investigadores y cómo se forman nuevos investigadores.

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  3. Yo creo que es un tema para cortar muuucha tela como quién dice. Trabajé unos años en Materiales, y mi experiencia en ese campo fué que era muy sencillo publicar, casi vergonzoso; bastaba con cambiar un tratamiento térmico en un material, una curva de enfriamiento, o la átmósfera utilizada para el proceso; si los resultados no resultaban suficientes diferencias, bastaba con forzar un poco la interpretación.
    A mí me parecía que es porque es un tema de moda, genera mucha plata y nada comprometido ideológicamente.
    (No puedo comentar en el blog, me pide no sé que cosa que no tengo ni entiendo). Cariños.

    Marina Azul Giardina

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  4. Muy bueno el post. Me parece muy interesante que se abran este tipo de debates. Se falta la pata filosófica a nuestra carrera en particular y a la facultad de exactas en general. Me encantarí aque eso camben en el futuro y estaría dispuesta a trabajar por ello.
    Un abrazo
    Yamila

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  5. El articulo de Sokal del que habla Javier y todas las consecuencias posteriores a su publicación estan explicadas en un libro llamado "Imposturas Intelectuales" de Sokal y Bricmont. El link para bajarlo es http://padron.entretemas.com/Documentos/Imposturas.pdf
    Saludos

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  6. Gracias por el libro! Lo estuve buscando por la red hace algunos años en vano y después dejé de hacerlo.Saludos

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  7. ¡Gracias por el libro y todos los comentarios chicos! La verdad que es genial poder conocer el punto de vista (sea cual sea) de los colegas de los diferentes ámbitos, esto nos ayuda a ampliar nuestro panoráma y salir de nuestra burbúja reduccionista aunque sea un poco. Si bien este blog está recién comenzando (está en pañales), espero motive aunque sea a algunos de nosotros a pensar como ser mejores investigadores (aunque sea un poquito), poniendo toda nuestra energía en hacer críticas constructivas y plantear posibles soluciones.
    Ya sé que es difícil... pero no creo que imposible, no??
    Viky Martin

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  8. Hacer público lo que sea en en al era de internet es sencillo, lograr llamar la atención es algo más difícil. Hoy en día la censura no debería ser un problema. Siempre alguien puede construirse una página web personal y subir sus trabajos "censurados"... Lo difícil quizás sea anunciar la existencia de esos trabajos y lograr convencer a tus pares que fueron hechos con seriedad a pesar de no haber pasado la evaluación de las revistas (y de otro pares a través de ellas)... En todo caso quizás la mayoría sigue confiando en los sistemas de evaluación de las revistas y por eso sería difícil mandarse a "publicar" por medios propios y lograr ser tenido en cuenta en alguna referencia. Por otro lado, si uno está convencido que la revista no es justa, ¿Realmente desearía publicar en esa revista? (más allá que para informes periódicos uno no pueda decir que publicó en www.pirulito.com). Al final del día se termina dentro de un círculo vicioso, uno quiere publicar en una revista que sea reconocida para ser reconocido, a pesar de darse cuenta que esa revista (y tus pares consultados por esta) no es buena en el sentido de la evaluación que hace a los trabajos presentados.

    Respecto a que es más adecuado para medir la calidad de un científico, quizás el número de citas de los artículos pueda ser un mejor indicador que el número de publicaciones. Pero claro ahí sigue estando el problema de los temas de moda o que siempre se citen entre si las mismas personas a modo de devolución de favores (lo cual es más difícil de rastrear). Quizás se pueda hilar más fino siguiendo las citas y establecer un mejor indicador... Quizás encontrar un algoritmo para calcular la calidad de un científico en términos de impacto y trascendencia mediante seguimiento de citas sea algo que aquellos especializados en estadística podrían estudiar. Quizás ya está hecho y yo ni enterado (recién en primera etapa del doctorado yo)... Entonces se podría exigir a distintas universidades u organismos que promueven la investigación científica (como CONICET) que usen ese método...

    sigue...>

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  9. ...> continúa

    Con respecto al comentario en el que decían:
    *****
    El conocimiento prohibido envuelve la idea de que hay cosas que no deberíamos saber porque:
    · sólo se puede obtener a través de medios inaceptables, como los experimentos conducidos por los Nazis.
    · puede ser demasiado peligroso, como las armas de destrucción masiva.
    · puede ser prohibido por las autoridades seculares, morales o religiosas como el clonado de humanos.
    *****

    Creo que se estaría hablando de accionares que la humanidad (o un sector de la misma) no podrían permitir... Creo que si uno abstrajera la ciencia de los objetivos morales y valores de la sociedad, pensando solo en un "método científico" para obtener resultados, un Nazi haciendo experimentos cruentos (como hervir chicos para sacarle la piel) no deja de ser un científico si procede ordenada y objetivamente en sus estudios. Lo cual no quita que ese proceder científico, en ese caso particular, sea un acto criminal intolerable por la sociedad. Si de esa forma se obtuvieran resultados útiles ¿habría que ocultarlos incluso si sirvieran para salvar vidas?. Desde mi punto de vista no deben ser ocultados pero quizás deberían tomarse las medidas para que no sea posible volver a proceder de esa forma. Hablo de controles sobre la actividad que realiza el científico, no de un lavado de cerebro durante su formación. No me parece que sea parte de una formación científica enseñar lo que está "bien" o "mal" (o más cínicamente "lo adecuado" y lo "no adecuado"), sino más bien de una formación ciudadana o social. Ahora si se piensa a la ciencia como una actividad social por supuesto que hay ciertas reglas que deben enseñarse para una mejor convivencia entre científicos y un adecuado desarrollo de la actividad sumergida en la sociedad. Estará en cada uno seguirlas o no, y atenerse a las consecuencias...

    Bueno... a medida que escribía fui pensando lo que escribía... no se si me habré expresado bien (o si la ortografía resultó buena)... no se si aporta algo o solo es hablar por que el aire es gratis... saludos

    Leo L

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